viernes, 11 de octubre de 2013

Me gustaría compartir ese sentimiento de muchos a la hora de iniciar una obra, después de un parón. Ese sentimiento en el que el artista se siente novato o solo y quiere volver a su estado natural. La búsqueda incesante de su YO artista. Las gotas que llenan el baso de agua.
En mi búsqueda he hecho hincapié en lo que podría ser “madurar actitudes”. Las actitudes que me ha aportado el parón al igual que también he querido ser muy crítico con todos los actos en general para encontrar la auténtica esencia, que yo creo que me caracteriza.
Trabajando estas actitudes como el músculo que se ejercita y que noto en mi interior confiando que se verá.
Cuando trabajo estas actitudes no las miro como una etiqueta que me contagia, si no como algo natural que surge y sin miedo a equivocarme y expresarme. Sin darle importancia al error pero analizándolo.

Teniendo en cuenta mis raíces. Todo lo que soy, lo que he vivido en mi esencia…
No olvidando lo aprendido de maestros y a su identificación o marca que puede orientarme en momentos de falta de identidad.
Si a mi instinto, a mi criterio, todo lo que me gusta me enseña.
Son algunas de las cosas que me he parado a mirar en lo que potencia y caracteriza al artista. Su esencia, actos… Observando  mi reanudación.

Espero que te sirvan.