UN JUGUETE PARA DISTRAER
Me gusta hablar de suposiciones porque significa que ha habido un
movimiento de neuronas. Algo en la cabeza ha hecho que funcione correctamente
en su debido uso. Normalmente esto ocurre cuando alguien nos hace ver otras
realidades como en un cuadro, en unos actores, en un escrito… Al contrario de
lo que sucede a diario con determinados programas de televisión que lo único
que hacen es quitarle todo su arte.
Ahora pongamos un ejemplo... En un rebaño de Ovejas blancas en el que el
ganadero introduce una negra. Estas al principio miran a la oveja que no es de su
condición con atención o con la extrañez que esta provoca. Esa oveja no es como
ellas y poco a poco se van contagiando unas a otras en esa sensación de
sentirse distintas ¿Será ella o yo la equivocada? Excluyéndola en vez de
aceptarla.
En el transcurso de la anécdota lo que ocurre es que el ganadero va
eliminando una a una a las ovejas a su antojo, sin darse cuenta estas y estando
pendientes nada más de que hay una distinta, sin otra preocupación o sin tener otra cosa
de que ocuparse en su corta vida.
Esto se puede llevar a muchos terrenos pero uno pensando mal podría ser que la oveja negra es la conducta equivocada o porque no el arte que cada vez queda más lejos. La oveja blanca seria el camino que se espera, lo común hoy en día y que lleva a una agonía consentida.
Otro caso similar es el payaso cara blanca (madurez) sobre el payaso
augusto (infancia). Si gana cara blanca, si no deja salirse con su rebeldía al
que se arriesga o al que intenta transgredir la escena hará creer que cuando actuamos de esa determinada manera no se
puede salir bien parado o cumplir las expectativas que más anhelamos, los momentos
en que dejamos volar la imaginación haciéndonos más libres y que nos mostramos como
somos realmente.
Son solo suposiciones.