Cogí la vieja muñeca cuando ella no lo quería. Cuando ya aburrida
alquilaba otros muñecos con voz artificial que le decían “te quiero”.
La muñeca mentía decía otras palabras que no le correspondían, pero ahora ha
aprendido reír y a ella le gusta. Por eso me da bofetadas por el día, por la
noche me grita al oído.
En cualquier circunstancia una persona no puede estar por encima de otra, cuando
tenemos la nariz puesta tampoco podemos estar por encima de esta, de nuestro
payaso; entonces aparece el orgullo o ego que en ocasiones nos traiciona queriendo ser
superiores a nosotros como una falsa apariencia y nos ponemos una capa
errónea que quita sinceridad a la autentica nariz del clown.
Nos da miedo o nos cuesta mostrar nuestro autentico yo, nuestras debilidades,
nuestra sinceridad. En ocasiones lo que quiero transmitir o decir en el arte, que
forma parte de lo más sincero de mi persona, a la hora de crear choca con este
falso ego; Ese que creemos mejor, que nos hace pensar que gustará más. Andando perdidos, bonito pero sucio y sin presencia. Poco elegante en una lucha por mostrarme.
Intentando aclarar ideas para Taya-tan donde los objetos adquieren más
importancia que a la verdad del momento, creando una pesadilla a la hora de
coger el sueño.
Se aceptan sugerencias pero sin criticar, empezando por la foto...