El tono que
yo siento
Todavía me
falta para cantar,
Tarareando
voy mi canción preferida.
Puede que
sea esa mi certeza,
Mi objetivo.
Sin terquedades,
Siendo
persistente.
Tener esta
canción interiorizada
Y aprenderla a sorbos.
La vida no
puedes tomarla de un trago,
Emborracha y
es temerosa.
Tomillo,
agua salada y algún riesgo,
No quiero
andar a voces chirriantes.
Simplemente
teñir mi interior de ese ritmo,
El
verdadero, el personal. El ritmo no efímero;
Al contrarío
del hielo y del fuego.
Esta melodía
es superior a los idiomas,
Todos la
comprenden aunque
Se
tapen los oídos.
Es pegadiza.
Como hecha a medida,
Se junta con
otras melodías.
Y la bailan.
Y la bailamos…
¿El director
de orquesta?
No lo hay
pero se sincronizan los instrumentos
Sin ocupar otros
espacios, teniendo una cierta conexión.
Todo estará
bien en algún lugar del tiempo.
Ahora tan
solo quiero tararear esta canción.
Navegar
cuando las circunstancias no son óptimas te permite también navegar en la
mayoría de los mares.
Normalmente
nos centramos en exponer nuestras ideas sin pararnos a escuchar a la otra
persona.
No
intentamos que fluya una conversación, impidiendo que surjan nuestros
sentimientos.
Pensamientos
fragmentados en la mañana
Suena el despertador
y se dirige
A un bucle
natural, hermético, sin trampas;
Como el
animal que se mete en la madriguera.
De pequeño
no rogaba,
Y ahora no
cree.
Que te
gustaría cambiar
El sentido
de la electricidad,
Para que no
pique cuando le señalan.
Cambiar la
injusta doctrina
Para que el
monje sea libre;
Y que te
cogiera de la mano,
Que te
mirara como cualquier otro hombre.
Y tú lo ves
al lado tuyo;
Sentado y
hablando
En la peculiar vida.
Te da fuerza
en lo que fue,
Y tiene
fuerza en lo que es
Para
soportar tal peso.
Y te hace
sentir especial
En este
amanecer.
El mundo
sería mejor si
Esa mariposa
que revolotea por tu cuerpo
Corriera
libremente por la ciudad.
Cogida por
un lazo azul a sus antenas,
Y tú cogida de ese lazo.
Dices que
no…
Que tu mariposa
no tiene antenas,
Y nadie te
cree.
Le vas
cubriendo de consejos rápidos
Pero
certeros.
Le adviertes de las trampas cuando
Se pierde en
atajos.
Y él sonríe
sin saber porqué,
Y esa
ingenuidad le da de comer.
Lo ves
tarareando una marcha nupcial,
Dirigiéndose al empedrado,
Arrastrando
una fibromialgia irreversible,
Un poco más
profunda y más grave
Que cuando
tenía los veinte.
Crees que se
recuperará
Y cuando esto
ocurra
Quieres
volver a tener este amanecer.
Tendemos a
analizar cualquier minucia sin dar paso a lo real o natural. De esta manera nos
perdemos la mayoría de las cosas.
El deporte
que no hace que te superes personalmente es como una guerra en la mente del que
lo práctica.
Pierde su
encanto y no te mejora.
La canción
de las personas
Yo soy tú…
En las cosas que hagas me veo afectado.
Me alientas
a que haga cambios, a que afronte la vida de una determinada manera.
Soy
individual pero formo parte de un colectivo en el que estamos tú y yo. Estamos hechos
de lo mismo y formamos parte de un todo.
No te
obceques en creer que soy distinto a ti.
Naturalmente me preocupo
por mí pero no invado el terreno de los otros cuando hago lo que me conviene.
Tenemos que
aprender de los errores que hagamos y mirar hacia delante.
Siendo tú, siendo yo.
No es lo
mismo autoestima que ego.
No es lo mismo
acariciarte que golpearte.
La queja por
el morbo no es justicia. Es un vicio insano que acaba corroyendo por la
fijación que se tiene en algo. La justicia es otra cosa… es algo que todos
deberíamos tener.