FELICIDAD,
CENAMOS CARIÑO?
Está
claro que el objetivo principal de todo ser humano es alcanzar la felicidad,
esa que fluctúa entre momentos plenos y momentos de dolor. En esa búsqueda nos encontramos con la personalidad carismática de nuestro clown,
nuestra propia comicidad.
Los
buenos momentos, la felicidad, generalmente se caracterizan porque es tan
simple como “el amor” es como cuando nos enamoramos. Todo se ve desde otro
prisma, sentimos que queremos y que nos quieren en una armonía que se nota y
que nos parece perfecta. Entonces, incluso nos hace gracia hacer el ridículo y
lo hacemos como en una fusión con nuestro clown, encontrando nuestro propio
ridículo, del que no sentimos vergüenza.
Se
da a entender que en los buenos momentos, en los que sentimos amor, todo es
maravilloso y es simplemente por esa o esas personas a las cuales les tenemos
un gran afecto y nos proporcionan la libertad del amor.
Otras
personas nos pasan desapercibidas y otras… Nos llevan a “un odio exacerbado
hacia ellas, nos son completamente hostiles, nos hacen daño, creemos que todo
nos sale mal por culpa de ellas, no podemos soportar su presencia…”
En
fin, cosas que el payaso no puede sentir si quiere ser autentico y feliz.
Es
cuestión de ir cambiando la percepción, ver quién es el lado afectado por el
odio y de sentir verdadero amor hacia las personas. Si! Sentir amor… Ser feliz.
Alcanzar la felicidad. Esa que en nuestra profesión realizamos Otelo con otro
actor y sentimos plenitud, amor y decimos: Así querría actuar toda mi vida!
El
problema lo encontramos cuando estamos completamente obcecados en otras
personas.
Ricard
Rotcan nos dice en su libro “Aprendiendo a querer” que es cuestión de saber si
es porque “se trata de personas muy sabias o bien, en cambio es porque se
encuentran debajo de los efectos de una mente totalmente descontrolada”. También nos revela que “cuando alguien se responsabiliza de las
reacciones que desencadena en otros y se compromete a hacer un esfuerzo para
desarrollar las buenas cualidades de la mente, no hay ninguna duda que sus
relaciones con los otros alcanzaran una calidad especial, de manera que en su
entorno todos se sentirán plenos de goce y con esta buena armonía que hace que
toda especie de cosas buenas puedan surgir…”
Todo
esto se puede tomar como despojo o tomarlo como un posible camino, de otros tantos. El sentirse enamorado por el entorno ¿por qué no? con unos focos,
entre aire acondicionado o ya sea con una escoba en casa que te dicen que estas
en el lugar adecuado y con las personas idóneas que te quieren, que quieres y
queriéndote tu mismo de manera distinta.