miércoles, 26 de junio de 2013

IMAGINACIÓN SI, PERO DE LA BUENA...

 

Caí en el error de pintarle la cara de negro cuando dormía. Se levanto y andamos ¡La gente gritaba! ¡Le hablaban sin conocerlo! El fue cerrando su boca Y su sonrisa. Más tarde cerrando los puños, acelerando el paso. Me miraba con un descaro odioso aún sin saber que iba de negro ¿Dios, qué pensaría? ¡No se lo diría, no podía! Pero se miraría al espejo ¿Qué le diría? No volvería a verlo. Me atormentaba con especulaciones y más especulaciones  ¿Qué haría contigo? Y…

Uuufff… Sonaron aplausos y risas.

 

En ocasiones vemos a payasos volar en su imaginario y nos hace gracia y reímos de los mundos totalmente ficticios y recreados por este ya que lo vemos en otra sintonía totalmente distinta a la real. Cuando conecta con la autentica verdad y se avergüenza lo vemos vulnerable y tierno.
Es como el niño que miente “a lo grande” y nos identificamos por su falta de habilidad, que hasta perdonamos.
Ahora bien, no vamos a aguantar a unos farsantes en su descabellada idea por caernos bien por que molesta.
No vamos a ser participes de la idea de hacerse los graciosos todo el espectáculo ya que ofende. Se va a ver algo bueno y original no lo meticuloso y arrogante o descarado. Cuidado con las bromas que se gastan y de no poder volver atrás ya que para lo que un payaso puede ser bueno para el público puede ser forzado y de mal gusto.


La razón es porque la identificación que sentimos es bondadosa. Creemos que somos buenas personas como el clown. Pensamos que haríamos lo mismo en su lugar y por eso lo vemos entrañable.
Somos héroes de nuestras vidas y no villanos.
LUPITA, POR FAVOR
 
Lupita no me hacía caso y en vez de dejarla a un lado la puse encima de la mesa. Me acongojaba un sentimiento extraño cuando decidí que tenía que arrugarla para que ningún otro la pudiera poseer. La pisoteaba entre los andeles de una alegría miedosa. Más tarde, cuando por mi mamita yo creía que estaba acabada, me miró. Entonces decidí cortarla en pedazos con mi navaja. El error ya estaba hecho y no podía volver atrás; fue cuando con mi lumbre la quemé. Ahora doy suerte que destrocé su foto y solo pienso en pedir perdón a Lupita.

 

En las obsesiones se ha de tener en cuenta que no se ama, que se destruye a la persona destruyéndose a uno mismo. Es como cuando se pone empeño en concentrarse para leer algo y no se consigue, lo único que genera es un malestar irritable además de no conseguir el objetivo.
En cambio para el payaso es un arma cuando centra toda su atención en algo que solo recibe catástrofes. Obcecado en una actividad que no le sale, volviendo una y otra vez (porque tozudo es) y transmitiendo mientras esas emociones al público.
Exponiéndose, ya que así lo ha querido, a unas personas que se ríen de su torpeza y en el fondo saben que corregirá sus errores dándose por vencido por la situación.
Cuantas calamidades se podrían evitar si tuviéramos un “espíritu clown” y nos diéramos cuenta de que por más que lo intentemos no lo llegaremos a conseguir, que no es el camino adecuado.

En las obsesiones además se muestra un falso ego, una falsa personalidad. El ego que sale sin más, al creernos inferiores, al estar unos peldaños por debajo de la situación y que forzosamente queremos mostrar que estamos a la altura de las circunstancias.
La solución puede ser bien fácil. Se tiene que asumir la realidad como hace el clown una vez se da cuenta que no puede con aquello (ya más seria aburrido) y encontramos un cierto bienestar al volver a la realidad.

 
Como el dibujo animado que imagina e imagina, enseñando al niño que imaginar es bueno porque  vuelve su amigo a la realidad en los finales lógicos. Es decir, lo que hace que un dibujo enseñe y sea didáctico es que vuelva a una normalidad clara y lógica.
La lástima es que los adultos olvidamos y con frecuencia pensamos que lo que enseñamos a los niños es solo para ellos. ¿Qué harían los niños si supieran que todo es una gran mentira? ¿que no hacemos caso de lo que les queremos imponer?
Los adultos olvidamos que un día fuimos niños.

viernes, 21 de junio de 2013

DONA´M UN ALTRE PETÓ
Faig la confitura de maduixa de la princesa de la boca de maduixa al nostre gust. Agafo una mica sucre de les iaies canines, de quan no oblidaven que ho eren. Sempre també, una mica de pebre del que donava caràcter als iaios.
Baixo la mirada pel seu cos adornant-lo, gaudint-lo, festejant, esperant que agafi la tendresa dels que vindran. Sembla fàcil com m’ha ensenyat ella, encara que la barba i els bigotis del tete estan per veure.
Arriba i ... fica el dit.  Avui ens lleparem els morros.
 
En part, s’ha tret una mirada devaluada del pallasso per anar aquest molt sovint sense dignitat. Com la persona que cau en la gracia rere gracia només per voler fer-se el graciós . Irritant. Doncs aquesta es moltes vegades la imatge que donem.
El pallasso fa riure però, no fa riure contínuament tota la estona de manera obsessiva, com es creu en ocasions. Com quan fem una bona confitura hem de tenir cura amb el caràcter i la aptitud cada toma amb el nas. Esperar el moment.
Fer riure o agradar mimant el contacte amb el públic. No voler fer riure constantment i esperar el nostre moment notant la presencia del nas, de nosaltres i de l’altre o les altres persones. Tenir clar que nos estem sols.     
Amb la convicció dels iaios o de quan notem la nostre presencia afrontem que ens posem una mascara que té vida pròpia, es el moment que ens atrevim a fer coses sense por ja que confiem en els nostres actes, aquests dirigits per la presencia del nas.
El contacte. Els llavis s’ajunten però una vegada acabem de besar-nos al contrari que en el petó desitgem treure’ns  la mascara. Potser per que estem plens i orgullosos de nosaltres. Es ridícul senyalar o donar-li agraïments a la nostre companya (que es com hauria de ser). Som tant ignorants que no dediquem un moment a pensar que sense ella no hauria estat possible. Som tan egocentristes que tenim preses per portar-nos tot el mèrit. Es un amor difícil per a ella que esta en un recó del indret amb un somriure  a la boca,  amb cara de bondat... Sap que ens tornarem a veure que tindrem més moments per que estem enamorats i això li agrada.